martes, 26 de mayo de 2015

El Acoso

El muchacho era bueno. No había dudas, hasta disciplinado y medido con todos. Pero le surgían algunas ideas que para alguno no se ajustaban. Estas a priori no hacían daño, hasta tenían como idea mejorar. Pero para un sabio del barrio podían ser simientes de no se sabe que. El por su parte el muchacho permanecía tranquilo, callado simplemente en su vida, que aunque para algunos era acomodada representaba un intenso sacrificio.
Mas el sabio con sus ideas de guerra de China ancestral se dijo será un problema, será en el futuro piedra del camino que obstruye mi andar y mi hacer. Y se volvió a decir tengo que inventar algo para este muchacho.
Y decidió comenzar a ponerle unas trampas en el camino. El muchacho las rodeaba y mantenía su camino, consideraba que en la vida no se debe cambiar ni de velocidad ni de rumbo sin justificaciones claras y que hasta es mejor avisar. Así los amigos y los familiares estarían claros de su derrotero.
Pero el sabio con cada maniobra de evitación de las trampas lanzadas pensaba que podía lanzar mas y mas. Llego un momento que en su ebriedad deseo acabar con el muchacho e inventó el ACOSO.
El muchacho ya golpeado, aprendido de cada golpe a esquivar se dio cuenta, decidió no evitarlos, podía enfermar o morir pero a pesar del acoso la vida iba a continuar y el sabio algún día acabar.