Todos queremos y
necesitamos ganar. Para eso no tenemos dudas, consideramos que es lo mínimo que
merecemos y recordamos los esfuerzos que hemos realizado en torno a esto. Tan
fuertes son estas palabras que muchas gentes las han concretado. No importando
la forma ni el método. Pero en lo que si concordamos todos, independientemente
de los análisis que quedan hoy soslayados es que merecemos ganar. Merecemos
RECIBIR.
DAR Y RECIBIR. Forman
parte del mismo proceso. Uno y otro son haces de energía que en cuanto más
salen, mas entran. Forman parte del fenomeno mágico con el que se organizó el
mundo. Entradas y Salidas forman parte de lo mismo. Quien entra, esto es recibe
y tranca genera para sí mismo y para los restantes detención en el flujo de
energías que la naturaleza aporta.
Cuando se crean condiciones que estimulan el dar y recibir, la vida mejora, la alegría permanece y los planes avanzan. Cuando se establecen frenos y restricciones al flujo de dar y recibir, hay lentitud, descontento y hasta enfermedad. Porque limitando este flujo por supuesto todos reciben menos, y el no movimiento creativo es producir lo negativo lo que nos disminuye lo que no nos permite cumplir la tarea a la que vinimos.
Cuando se crean condiciones que estimulan el dar y recibir, la vida mejora, la alegría permanece y los planes avanzan. Cuando se establecen frenos y restricciones al flujo de dar y recibir, hay lentitud, descontento y hasta enfermedad. Porque limitando este flujo por supuesto todos reciben menos, y el no movimiento creativo es producir lo negativo lo que nos disminuye lo que no nos permite cumplir la tarea a la que vinimos.
Muchas de las
personas que hoy detentan fortunas comenzaron de la nada. Que hubo en los
inicios, que hay hoy, que habrá mañana. Un intenso flujo de entrada y salida.
Un intenso flujo de dar y recibir. Una enorme troca de energía con todos los
que se le pusieron a distancia de tiro. Aquel que dejo las riquezas en la casa.
El que las trancó. El que no les dio circulación.
En esas se quedó.
En esas se quedó.
Toda Relación es una
relación de Dar y Recibir. En toda relación hay una entrega y recepción
constante, creciente, positiva y cuando esto no existe, cuando no hay
crecimiento en la relación sino que por el contrario genera estancamiento o
atraso. No vale la pena esa relación. No funciona.
En realidad, todo lo
que tiene valor en la vida se multiplica únicamente cuando es dado. Lo que no
se multiplica a través del dar, ni vale la pena darse, ni vale la pena recibirse.
Si al dar sentimos que hemos perdido algo, el regalo no ha sido dado en
realidad, y entonces no generará abundancia. Cuando damos a regañadientes, no
hay energía detrás de nuestro acto de dar
Se ha preguntado Usted
porque muchas personas no desean jubilarse, reformarse a determinada edad.
Porque simplemente no es el dinero que reciben tan solo. Es también que el
flujo de dar y recibir que habían mantenido se cae a partir del momento en el
que dejan de hacer sus labores comunes. ¿No hemos comentado esto en familia,
con amigos, en la calle? Hay que crear el reflejo condicionado de DAR en
cualquiera de las posiciones en las que la vida y nosotros con nuestra actitud
nos colocamos.
Pero antes de todo. El Hecho de DAR,
tiene que ser con toda nuestra voluntad y para resolver realmente el problema
de la persona o personas que lo recibirán. Todo aquello que hagamos a
regañadientes o simplemente para cumplir una formula, no lleva implícito flujo
y no tendrá el componente de recibir también nosotros.
En nuestras casas siempre la puerta está
abierta para aquellos que su oficio es DAR, su función es dar. Su vida está
centrada en el dar.
Sin ser familias son reconocidos como
tal. Así el Medico es alguien siempre recibido, el Maestro o La Profesora de
los muchachos o LA VIEJA PROFESORA que nos impulsó en la vida, siempre son bien
acogidos. El Abogado que asesora y lo hace con buena fe y sabiduría.
Pero también son incluidos muchos que
sin necesidad de un título están a la hora cero presentes o estuvieron en una
hora crítica y con su aporte muchas veces espiritual o de consejos se
solidarizaron y consiguieron ayudarnos (nos dieron) para vencer determinados
problemas y situaciones.
Por tanto lo más importante que podemos
hacer para Ganar es siempre DAR. Siempre entregar, un regalo es algo
extraordinario.
A veces nuestra situación económica nos
pone en aprietos. Como voy a llevar regalos si no tengo para nuestra familia.
Entregue entonces un Beso, unas Flores, Una
Oración en secreto, Un Pedido Ante Dios por aquellas personas, genera efectos
sorprendentes. Pero nunca debemos de dejar de entregar algo a quien le
encontramos para así estimular el flujo de entrega y recepción, de ayuda. Dar y
Recibir. Ganar.
De la misma forma quien ayuda a los
otros se ayuda así mismo.
Quien ayuda en la formación de negocios
recibirá ayudas. Quien soporta a otros en momentos difíciles, será soportado.
Quien simplemente da Recibe. Quien ayuda a enriquecer. Le entraran riquezas.
Quien Da Amor Recibirá Amor. Quien satisface con su DAR los pedidos en el
desarrollo de los demás. Recibirá en la misma medida y proporción que da.
Esto es una regla en la que si
observamos la realidad de personas, grupos, sociedades y países se cumple.
El papel de alguien que quiera Ganar,
Triunfar, Recibir es propiciar este Dar y Recibir.
Estimulando a otros a que generen este
flujo, Haciéndolo también Nosotros y Aceptando lo que nos entra de forma consciente
y constante se genera un remolino de posibilidades que difícilmente dentro de
todas las corrientes que crea, repito difícilmente nos deje fuera a nosotros y
que no podemos analizar como el dominó porque su ámbito es cósmico y no local.
Quien ha hecho negocios sabe de esto, quien su vida es salvar a otros,
difícilmente se olvide de esto y quien ayuda a muchos de forma sincera y
profunda sabe que esto es así.
A Esas Personas Difícilmente Les Falte
Algo. Siempre Están Ganando, Siempre Están Recibiendo, Siempre Se Están Haciendo
Ricos Con La Acepción De Riqueza Amplia Y Vasta Que Debemos Tener al Ganar.